jueves, 18 de abril de 2013

misty



La noche llegó temprano.
Tenía demasiada prisa,
tal vez te amaba desde hace tiempo
y no pudo contener sus ganas
de llevarte consigo.

Envolvió tu cuerpo en oscura
y misteriosa niebla. Ese cuerpo
que había sabido jugar,
correr por los jardines,
vibrar con el suave metal,
fundirse, nebuloso,
en frecuencias amigas.


¿En qué lugar del universo
continuarán tus días?
¿Dónde estarás, compañero?
La vida no da tregua.


Tu risa aún perdura en sábados soleados.
Es ese swing antiguo
que acaricia las hojas de todos los otoños,
y recuerda un verano
de ensayos y proyectos.

Una cosa es segura:
el humor y la música
son cristales eternos.




A Jeremías Montaña.






MJT
18/04/2013