sábado, 26 de mayo de 2012

certeza





No hace falta, en realidad,
que me digas

                               nada.

Tampoco hace falta
que yo diga o calle.



Cuando te miro, entiendo el mundo.
Cuando me mirás, la música se detiene un instante,
deja de sonar en mi cabeza,
dejo de pensar en pentagramas.


Algunos dirían que
ese instante es la eternidad.


(En realidad, creo que es al revés:
en ese instante aparece 
lo más terrenal del ser humano,
lo que nos iguala a todos,
lo que nos recuerda que estamos 
vivos)



Así que no hace falta
que digamos nada.

Dejemos que el concierto siga.



MJT
26-05-2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

dos nocturnos





I.


Sos
como una
isla,
un universo
de historias
y misterios
que quiero conocer.


Yo soy
como un pájaro
que cuando te acercás
un poco
se asusta.


Pero no me da miedo
-al menos por ahora-
ver tu mano,
tu sonrisa de maíz,
tus ojos almendra.




II.


Las gotas,
el teléfono.

Tu voz que todavía
suena,
me arrulla,
como la lluvia.


Es tan lindo mirarte,
mirarnos,
que no voy a renunciar
así de fácil.


Tan solo eso
-llamalo
terquedad o simplemente
boludez-
necesitás saber.


Eso me gustaría
poder decirte ahora,
pero el teléfono
inerte
en la mesa.


No importa,
habrá mañanas.







MJT
08/09-05-2012