domingo, 30 de abril de 2017

resistir



Noches de autodestrucción,
espejismos de fama.
Domingos desperdiciados
en limpiezas y resacas.
Culpa.

Regresar al nuevo hogar,
cada vez menos nuevo,
cada vez más propio.
Extrañar la calma.

Pasar por la heladería
con jaulitas, que siempre
trae el perfume amargo
de la que más te quiso.

No abrazar enteramente
las nuevas ilusiones,
para qué si igual te van a
cagar abandonar olvidar,
cuando se den cuenta
de lo poco que sos.

Encima la resaca en el cuerpo
que ya tiene unos años.
Antes era fácil, divertida.
Ahora es una puta mosca
revoloteando en tu mierda.


La realidad pesa.
Es una cruz que se carga,
a menos que seas un insensible.
La realidad dice eme-eme,
dice pobrezaexclusión,
dice enfermedadmuerte,
todos los días una piba muerta,
todos los días una puta guerra,
también se murió Juan el jardinero,
tenía cincuentayalgo, joven,
y uno piensa la pucha,
podría haber charlado algo más
cuando venía a cortar el pasto
a esa casa tan vacía en estos días.
Pero es así, el tipo se va.
“Pasó, pasó, pasó…”
(el viejo Gíntoli a los alumnos
que se atrasan medio compás)



Las luces:

El ciclo en la terraza,
esa pendejada maravillosa.
Lxs compañerxs
de laburo,
de ruta,
los amigo,
las flores.

La fortaleza de haber
entendido algunas cosas,
abrazado ciertas luchas.
El River de Gallardo.

Próximos discos.
La esperada sinfo
(ponete las pilas!)



Motivos suficientes
para resistir.



MJT
30/4/2017