Nace el día,
ya se percibe el
ruido de los autos.
Gente en
movimiento.
Sigo insomne,
culpa de otro
domingo de resaca.
Tomo mate,
pienso.
Tengo miedo,
la Parca agita
sus alas, sigilosa.
Tal vez sea el
viento.
Pienso en todas
las palabras
caricias que no dije.
Rememoro anhelos.
Veo tu cara,
sigue allí tu
sonrisa inolvidable,
deteniendo el
tiempo.
Sin embargo,
se mezcla con
perfumes de otras flores
que invaden mi
cuerpo.
Nuevas caras
aparecen ahora en
la mañana.
Llaman a mi puerta.
Piden tiempo,
ese tiempo que
era solamente tuyo:
el de mis
desvelos.
Quizás sea
esta la hora para
huír de tu ausencia,
hacia nuevas
tierras.
Horizontes
que me deparan
plenitud placeres,
música y mañanas.
Sólo temo
que cuando la
Parca me sorprenda
no estés acá
conmigo.
Falta mucho,
no apuremos el
viaje, naveguemos
separados pero
inevitablemente
juntos.
MJT
27/7/2015