Paredes húmedas,
casa vacía,
sombra
de lo que alguna
vez
fué hogar.
No hay demasiado
lugar ya para
nostalgias
o tristezas.
Se ha vislumbrado
que lo nuevos
habitantes
te habitarán
dignamente.
Ultima fiesta,
últimas juntadas,
mudanza del
piano.
Cerrar tu cueva.
Dormir en la
antigua
pieza, sentir
frío.
Dormir en la cama
donde alguna vez,quizás,
tus padres se
amaron
y gracias a eso
escribís esto.
Masturbarse
frente al espejo
en el que
falsa,
culpable,
violentamente
te gestaron.
Como un ritual
definitivo
ante la maldita
herencia.
Escuchar el
silencio
atravesando tus
venas.
Tanto silencio
entre esas
paredes
que supieron
latir de risa.
Chau, Daniel Enz.
Que te garúe
finito,
y que la humedad
borre
las paredes
escritas
por adolescentes
que creían en un
mundo mejor.
MJT
31/8/2016