viernes, 20 de octubre de 2017

dijimos nunca más!



Era Santiago.
Por supuesto.
Siempre fué Santiago.
Y fué Gendarmería.
El Estado es responsable.
Siempre lo supieron.
Y no hicieron nada.

Los medios lacayos
amigos de lo espurio
lo encubrieron.
Que fueron los mismos mapuches,
(a quienes Santiago defendía),
que estaba en Chile,
que había un pueblo en donde
"todos se parecen a Santiago",
y demás disparates.
También son cómplices.
Algún día la historia
los juzgará como corresponde.

El mundo vuelve a hablar
de un desaparecido argentino.
Somos noticia :D
La revolución de la alegría,
señoras y señores.
Globos de colores, sin rostro.
Como ese cuerpo hallado río arriba,
al que una candidata comparó
con el de Walt Disney.
Hasta allí llega su cinismo.
Pero ni siquiera me sirve ahora
pedir que no los voten el domingo,
o pedir que renuncien.
La tristeza y la bronca
son demasiado fuertes
como para pensar en eso.

Sólo queda el fútil intento
de hacer un poco nuestro
el dolor de esa pobre familia.
Queda compadecerse
de aquellxs que ningunearon
el caso, que incluso se mofaron,
que dijeron "tanto lío
por un jípi roñoso",
al salir de la misa del domingo,
de rezarle... a quién?
En qué creen?
Qué defienden?
Conocen acaso el amor?
La solidaridad?
Son tan chiquitos.
Me retracto, no se los puede
compadecer.
Queda despreciarlos.

Queda exigir justicia
y castigo a los culpables.
Queda poner el cuerpo,
la mente, las palabras, las ideas,
la música y la vida
como escudos entre ese cuerpo y la nada,
entre los sueños y las gorras.
los ideales y las botas.
Entre ese cuerpo que ayer fué también
Mariano Ferreyra o Luciano Arruga.
Que fueron treinta mil,
hace ya no tantos años.

Queda resistir, crear,
escribir, encontrarse y amar,
amar más que nunca.

Queda gritar bien fuerte:
Santiago Maldonado,
PRESENTE!
Ahora y siempre!




MJT

20/10/2017