martes, 20 de noviembre de 2012

credo



No resignarse:
seguir creyendo
en las pocas verdades
que permanecen de pie.

No convertirse
en un total escéptico,
no vivir en piloto
automático; respirar
ahora, soñar futuro.

No resignarse:
seguir buscando
una luz, un espejo,
una carcajada
olvidadora del mundo,
sanadora de heridas,
perfume nuevo.

No resignarse a una vida
de restaurant y anécdotas.





MJT
20-11-2012

martes, 30 de octubre de 2012

caracoles y hormigas



Eran hormigas.
Un ejército infinito.
Salían, salían y salían
de dos agujeros
en la cocina de la casa.

Revoloteaban, muchas tenían
alas, pero elegían morir
en el piso, en la mesada, algunas
junto a los platos recién lavados
o adentro de las tazas,
tumbas raras para nosotros
pero no para ellas,
acostumbradas a vivir bajo tierra.

Forzaron el uso
de insecticidas y cepos.
Y nos acostumbraron
a utilizar la escoba frecuentemente,
creando así, sin quererlo,
un ritual mántrico,
barredor de pasados.



Eran caracoles.
Igual que las hormigas,
arribaron con las incesantes
lluvias de primavera.

Se habían declarado dueños
del jardín. Deambulaban
por el mismo, impunemente.

Fueron motivo
de celebración y charlas
en los cumpleaños.

Una noche me topé con uno de ellos
en el umbral de mi cuarto.
Por un instante nos miramos,
intentando huir rápidamente
de aquél incómodo encuentro.

Algún pisotón inadvertido
acabó con la vida de tres o cuatro.

Casi como una metáfora del mundo.


MJT
30-10-2012



lunes, 8 de octubre de 2012

intermedio



Cierto es que yo te quise
demasiado,
que fuiste para mi, otra primavera
que resucitó mis sueños.

Cierto es que fuiste
bastante más que eso:
una certeza, una convicción
nunca antes sentida, un espejo.

Cierto es que voy a anhelar siempre
ese tiempo de jazmín.

Ya lo sabías antes de conocerme.
Ya nos sabíamos de antemano,
nos conocemos de antes y todos esos
chamuyos baratos
que astutamente intenté usar
pa´engatuzarte.


Cierto es también que vos
te dejaste llevar
por mis ojos de niño,
por mi letra y mi luna,
por mi voz charlyesca,
mi humor dolinesco,
mi genio mahleriano,
en fin por esas cosas
que yo no sé si vas a encontrar
alguna vez en otro.

Cierto es que yo
me dejé llevar por algunas pavadas:
una luna y un sol,
tus ojos, tu carcajada, 

nuestras manos,
tu perfume que se quedaba un ratito
en mi,
después de los abrazos.

Cierto es que me apuré,
que no supe ser demasiado paciente.
Pero entendé que siempre corrí
con desventaja.
Siempre hubo otro,
siempre tuve esa presión
de no cometer ningún error,
de aprovechar al máximo 
toda oportunidad.

En fin, cierto es que
nunca se hizo de día:
yo no supe verlo,
encandilado como estaba
de tus estrellas.

Cierto es que nos excedimos
en el juego, nos pasamos
de la raya,
de la rayuela.
Y nos hicimos daño.
Y es cierto que por ahora
nos conviene alejarnos.

No es cierto, sin embargo,
que no tengamos nada.
Tenemos la música, y tenemos
una posible amistad –difícil-
que atravesará tormentas,
soledades, orillas.
Una vida descalza,
un futuro incierto,
una vejez sin temores.

Y no es menos cierto que
en esta absurda peña que es la vida
nos va a tocar bailar otra vez
este gatito e´las penas.





MJT
8-10-2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

purgatorio




Fiebre: se lleva un año
muy raro,
de esperanza y tristeza.

Fuego: quema crisálida,
respira
piel renovada y fuerte.

Fruta: madura sola,
espejo
huérfano de verdades.



Transmutación del dolor en
aprendizaje,
entendimiento,
sabiduría.



Fuerza: el lado oscuro
me abraza,
espada que ya es roja.

Fénix: siempre resurge,
me lleva
a un vuelo aún más alto.



Transmutación de la espera en
acción,
divertimento,
belleza.



Fieles: los ideales,
los llevo
hasta mi última hora.

Firme: ya me levanto,
celebro
esta fiesta sin lágrimas.




MJT
13-09-2012

domingo, 26 de agosto de 2012

permeabilidades VIII




¿Irme? Sí, y ser digno, tal vez.
¿Quedarme? Sí, y ser verdadero.

De todos modos, la dignidad (si es que existe),
tiene infinitas caras posibles.

Vos fuiste testigo de mi oscuridad más profunda,
y habrás comprendido que convivo con ella
desde hace años, que te excede ampliamente.
(así que liberate
de toda culpa o causa)

Irse cuando uno tiene ganas de quedarse es indigno.
Quedarse cuando uno tiene ganas de irse, lo mismo.


Que se rían los idiotas,
que gasten saliva
los consejeros del mundo.

Yo sigo mi camino, y es el de la verdad.
Te guste o no, te asuste o no.

La verdad.

La del corazón, 
la de los ojos.
La de hoy.
Mañana quién sabe.



Puedo ser otro Horacio
de esta Rayuela interminable que es la vida,

(qué casualidad, justo hoy
cumple Julito)
intentando buscarte
en futuras Magas, que las habrá, claro.

Pero no somos ellos.
No sos la Maga.
No soy Horacio.
(y menos mal, porque
a fin de cuentas Horacio es,
lisa y llanamente,
un pelotudo)

Tampoco soy Florentino.
Tampoco soy Martín, tampoco Bruno.

Tampoco sos Fermina o Alejandra.

Sos más hermosa que todas ellas.
Sos real -partamos
de esa base- y compleja,
indescifrable algunas veces,
más que obvia otras,
luna llena de agua, risa mía,
aún no escrita: tu nombre mañana.


Somos personajes de nuestra propia historia.
Sigamos escribiéndola.


Yo me quedo al lado tuyo.
No pienso escaparme, esta vez.
Me quedo aquí, inmutable.
No me podés echar.
Y bueno: jodete por prestarme ese libro de Whitman.




MJT
26-08-2012

lunes, 23 de julio de 2012

esperanza




Esperanza todavía.

Simulacro eterno,

                      despacio,

                                      mañana.


Sinfonía olvidada.

Madre sin tiempo, 
                      ternura,
                                     espejo.



Brisa,
atardecer interior.

Certeza,
mirada.

Permanecer momento universo:
campanas, piernas, ramas, árbol.

Tormenta, soledad, orilla,
vida
descalza.


Pájaros que vuelven, ciclo.

Intento, poesía.


Sueño con vos ahora.
Paredes blancas: invierno.


Testigo,

                  silencio,

                                   esperanza.




MJT / Naya Ledesma
23-07-2012

sábado, 30 de junio de 2012

fin de los días sin años I


Cuando finalmente terminen
los días sin años
los fantasmas se retirarán,
vencidos.

Todo parecerá, al fin,
acomodarse.

(Ah, ¿cómo?
¿Darse?)

Sí, las cosas se dan solas.
Aparecen, cuando menos las esperamos.

Y cuando aparecen
hay que pelear, viejo.
Aunque dudes,
aunque te creas un

fantasma,
-un fantasmudo-
un boludo,

aunque sientas por un instante
que todo puede des
                    mo
                        ro 
                            nar
                                 se.


Vas a pelear igual, 
te lo aseguro.

Vas a pelear cuando
la luz te inunde,
cuando la certeza
sea tan grande que no quepa
en un papelito
o una combinación de notas.


Cuando se terminen los días
sin años, comprenderemos
que la lucha nunca es en vano,
que la verdad y la belleza
se construyen día a día.



MJT
30-06-2012

sábado, 26 de mayo de 2012

certeza





No hace falta, en realidad,
que me digas

                               nada.

Tampoco hace falta
que yo diga o calle.



Cuando te miro, entiendo el mundo.
Cuando me mirás, la música se detiene un instante,
deja de sonar en mi cabeza,
dejo de pensar en pentagramas.


Algunos dirían que
ese instante es la eternidad.


(En realidad, creo que es al revés:
en ese instante aparece 
lo más terrenal del ser humano,
lo que nos iguala a todos,
lo que nos recuerda que estamos 
vivos)



Así que no hace falta
que digamos nada.

Dejemos que el concierto siga.



MJT
26-05-2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

dos nocturnos





I.


Sos
como una
isla,
un universo
de historias
y misterios
que quiero conocer.


Yo soy
como un pájaro
que cuando te acercás
un poco
se asusta.


Pero no me da miedo
-al menos por ahora-
ver tu mano,
tu sonrisa de maíz,
tus ojos almendra.




II.


Las gotas,
el teléfono.

Tu voz que todavía
suena,
me arrulla,
como la lluvia.


Es tan lindo mirarte,
mirarnos,
que no voy a renunciar
así de fácil.


Tan solo eso
-llamalo
terquedad o simplemente
boludez-
necesitás saber.


Eso me gustaría
poder decirte ahora,
pero el teléfono
inerte
en la mesa.


No importa,
habrá mañanas.







MJT
08/09-05-2012

viernes, 27 de abril de 2012

permeabilidades VII




Parece que sí.
Y entonces, sonreímos y
nos levantamos
temprano.


Y transmitimos, dicen,
otra energía.


Entusiasmo.


Volvemos a contemplar
el mismo viaje
en aquél tren imaginario
que une –mágicamente-
a Llavallol con
Adrogué, Padova,
Guernica, San Clemente,
Ituzaingó, Adrogué otra vez,                   (todavía huele a
Asunción, Bella Vista,                         perfume de enero)
Almagro, La Plata
y hasta Berlín.



Volvemos más atrás, todavía.
A esos pasillos, ese salón de actos,
ese piano de cola,
-en el que nos acompaña otra vez
el genio de Wolfi,
solo que unos 300 KV más adelante-,
esas paredes
eternamente viejas,
-algunas todavía tienen
marcas de mochilas gastadas-,
esos pasillos
que ya no escuchan,
pero reconocen nuestro paso.

(Ojo, también podríamos
contemplarnos nuevamente sentados
en ese café de Lomas de Zamora,
el puntapié inicial de todo esto)

Doce años después,
la misma sensación
-tan linda-
de pertenecer.


Aunque de pronto parece que sí.
Que algo es diferente.
Que definitivamente, este otro viaje.
Que “ya no es ninguna”.                       
Y que ahora es adelante.

Como si entendiéramos finalmente
nuestra propia canción.

Entonces decidimos,
casi por vez primera,
el recorrido.
Y es que ya no hay tiempo de detenerse,
a esperar
a pasajeras de ayer,
que viajan
colgadas de nuestra memoria,
como en una especie de hora pico
de amores e ilusión.

Y al no esperarlas, claro,
pasamos de largo
-¡por fin, che!-
las viejas estaciones.





MJT
27-04-2012

jueves, 29 de marzo de 2012

¿encontraría a la maga?



Sin embargo sigo
buscándote,
casi desesperadamente,

confundiéndome,
             esperanzándome,
                          decepcionándome,
                                        abandonándote,
                                                     odiándome.
Hodiándome.


Es cómica mi torpeza, a veces.
Es cómico repetir una y otra vez
la misma función, el mismo rol.

Es cómico, sí. Y triste.

Lo triste es no reconocerse.
No saber si es uno el que habla.
No creer en lo que se dice, a esta altura.

Es casi como una señal de alerta,
que nos obliga a detenernos,
sacarnos las anteojeras de caballo,
y mirar hacia el costado,
espantar los fantasmas.


Creo que te busqué
demasiado ya.
Creí verte en todas y cada una
de las “interesantes”.

¿Será que busco una idea?


Tal vez sea eso.
La idealización, siempre.


¿Puede un libro manejar nuestra vida?
¿Podemos ser tan idiotas?
¿O somos idiotas si no creemos en nada?
“En algo hay que creer”, dicen.
¿Pero si ese algo te destroza,
al punto de no saber si creés verdaderamente
o es sólo repetición, costumbre?

Es muy difícil derribar al mismo tiempo
todas nuestras columnas, caminar en el aire.
Necesitamos apoyarnos en algo.
Y nada, absolutamente nada es intocable.
Entonces... puede que eso en lo que creías,
(eso que te sirvió de apoyo durante tantos años)
sencillamente deje de ser útil,
o –peor aún- verdadero.


Tantas veces me cansé de cansarme.
De lugares, de ambientes.
De pensamientos.
De personas.

Y en esos momentos me creí un genio.
Como ahora mismo.

El problema es que somos la suma de nuestros días.
No existe una versión actualizada, un 2.0.
Creo que para eso hay que esperar
una –poco improbable pero quién sabe-
próxima vida.

Es innegable la influencia.
Nunca voy a poder dejar de buscarte.
(Así como nunca voy a poder
separarme de Mahler, de Charly)

Pero crecer.
Crecer, alguna vez.

Entender que
soñábamos
el sueño ajeno.
Y que el nuestro
es mil veces mejor,
sencillamente
porque es nuestro.



MJT
29-03-2012