Todavía me acuerdo de tus besos,
aunque otras bocas hayan intentado
barrer las migas, pasar lavandina,
no dejar rastro tuyo en mi persona.
Todavía me acuerdo de tu risa,
de tus suspiros y de nuestros juegos.
Están siempre a mi lado y cuando quiero
puedo invitarlos a charlar conmigo.
Sé que te cobijás por las mañanas
en unos brazos que no son los míos.
Sé que bañan tu frente o tus mejillas
labios que nada saben de mi historia.
Y sé también que lo que ahora escribo
es imprudencia, es espejismo, es aire.
Y me disculpo por mi incontinencia,
que quizás nuble tu tarde soleada.
Pero quiero que sepas que las noches
de risa y llanto y pelos enredados
al despertarnos juntos ya son magia,
estrella que no duerme, luz presente.
En este tiempo yo he aprendido mucho.
A disfrutar la plenitud del cuerpo.
A no dejar que gane la nostalgia.
A ser feliz, sabemos que no es poco.
He visitado caras, piernas, labios,
flores que alimentaron melodías.
Pero a pesar de ellas y de otras
que esperan aún por mi, reitero:
todavía me acuerdo de tus besos.
MJT
17-8-2014
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